23.3.07

Pavana para el otoño


Pavana para el otoño

La lluvia y las hojas caen...
Llegando el día,
las horas perdidas se cuentan doble
y el gris del cielo se repite
en el espejo de las calles,
en cada desnivel del suelo
donde ángeles ciegos,
entristecidos, buscan sus rostros
llenos de añoranzas
y sueños rotos.

Todo transita sumido en el sopor
que invita a buscar
tibieza de un cuerpo
que comparta necesidades,
que se brinde con derroche
a cualquier desvelo
y tenga la certeza de que al amanecer...
no será el mismo.

Las horas se harán menos,
las hojas romperán el espejo de las calles,
los ángeles al fin
encontrarán sus rostros...
y colgada del vuelo de los sueños
dejarán la tristeza.

El otoño...
no está hecho para soledades.

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