10.12.08

Confesión

Confesión

Si tu dolor no me hiriera,
perdería los caminos
que una vez se marcaran
entre infundados temores.
Buscando en viejos folios
dónde se indenta la tierra,
iniciaría la partida.

Si mi amor no te alcanzara,
negaría las razones
para merecer la vida,
y convocados los odios,
justo en medio de la guerra
-consagrados los rencores-
¡Moriría la poesía!

Si tu dolor no me hiriera.
Si mi amor no te alcanzara...


©Rufina

Tengo todo el tiempo


Tengo todo el tiempo

Hoy, tengo todo el tiempo.
Puedo hacer lo que quiera: irme a dormir temprano,
intentar leer un libro, (o tal vez terminarlo)...
organizar mi estudio o escribir un poema.
Puedo arreglar la casa, adornar una mesa,
planchar unos manteles y perfumar la cama.
Pero en lugar de eso, me detengo con calma
ante el ajado espejo que fuera mi amigo un día
y descubro una piel con poros dilatados
que yo no conocía, un escaso cabello,
verrugas incontables alrededor del cuello.
Las canas son muy pocas:
las tengo casi todas perdidas en las cejas...
Pero esos son mis ojos,
¡tan claros y sonrientes como lo fueron siempre!
Mis labios aún carnosos,
extrañan esos besos que alguna vez tuvieron
y sonríen recordando alguna travesura,
mostrándome unos dientes que orgullosa conservo.

Mi cuerpo ha cambiado al paso de los años,
dejando que el descuido le gane la partida.
Mis pechos han caído y el sobrepeso infame
ha construido llantas sobre la línea brava
que un día fue mi cintura.
La curva en las caderas, hasta hace poco suave,
no ha perdido la gracia del sensual movimiento,
pero sí alguna forma... ¡y eso sí que es muy grave!
Me río de mí misma al recordar mi empeño
de mantener mi vientre más plano de una loza,
porque me miro ahora y veo que fue inútil
tanto dolor y esfuerzo...
Pero parir exige de algunos sacrificios
y el amor pudo más que mi perfecto sueño.

Hoy, tengo todo el tiempo
para hacer muchas cosas,
pero me he decidido por sentirme contenta,
y hasta complacida con la forma en que luzco.
Ya no soy la belleza que era hace unos años,
además de las canas, este escaso cabello,
los lunares crecidos que circundan el cuello
y las libras atroces que hoy soporto de más...
Tengo una vida hermosa, vivida en mil maneras
con la sabiduría de haber perdido guerras,
haber ganado otras...
Con éstos, mis ojos, tan claros como honestos
y la misma sonrisa de los labios carnosos
que esperan por el beso.

Hoy no me falta nada.
Hoy tengo…
¡todo el tiempo!

©Rufina

Ser

Cuando la luz de la aurora déjase ver,
bendigo al amanecer: ese grandioso milagro
que hace de mi vida el atrio a miles de maravillas...
¡Y gracias doy de rodillas por el regalo del ser!

Rufina

Aquí de nuevo...


Debo pedir disculpas. Como saben, los 15 no llegan solos, y cuando los achaques tocan, toca a veces tomarse un tiempo para reponerse. De esta última hospitalización al menos surgió la buena noticia de que no hay nuevos daños, sino que han "desaparecido" pequeñas lesiones en mi cerebro y hay una 'remisión'. ¡Luego de 38 años viviendo con esclerosis múltiple!
Bueno, como saben, me reafirmo en el hecho de que soy una mujer bendecida... ¡y a ponerme al día! Gracias a Fuensanta por estar acá al cuidado de este espacio.
Un besote, Rufis

Me declaro vivo

Este texto me fue enviado y me pareció interesante. Disfrútenlo.

La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia.... Saboreo cada acto.
Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, entonces me portaba como los demás querían y mi conciencia me censuraba. Menos mal que a pesar de mi esforzada buena educación siempre había alguien difamándome. ¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó que la vida no es un escenario! Desde entonces me atreví a ser como soy! He viajado por todo el mundo, tengo amigos de todas las religiones; conozco gente extraña: vegetarianos que devoran al prójimo con su intolerancia, personas que caminan con un cartel que dicen: “Yo se más que tu”; médicos que están peor que sus pacientes, gente millonaria pero infeliz, seres que se pasan el día quejándose, que se reúnen los domingos para quejarse por turnos, gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir. El árbol anciano me enseñó que todos somos lo mismo. El que tu no veas los átomos, no significa que no existan. Por eso es muy importante que sea el Amor lo único que inspire tus actos. Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos, sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz. En realidad, sólo hablo para recordarte la importancia del silencio. Anhelo que descubras el mensaje que se encuentra detrás de las palabras; no soy un sabio, sólo un enamorado de la vida. El silencio es la clave, la simplicidad es la puerta que deja fuera a los imbéciles. La educación oficial te prepara para que seas tu propia interferencia. Es interesante ver cómo los programas educativos eligen cuidadosamente todo lo esencial para descartarlo; así, no se enseña a vivir ni a morir, a amar ni a reír. La gente feliz no es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias. No es suficiente querer despertar, sino despertar. La mejor forma de despertar es hacerlo sin preocuparse porque nuestros actos incomoden a quienes duermen al lado. Recuerda que el deseo de hacerlo bien será un interferencia; es más importante amar lo que hacemos y disfrutar de todo el trayecto; la meta no existe, el camino y la meta son lo mismo, no tenemos que correr hacia ninguna parte, sólo saber dar cada paso plenamente. No, no te resistas, ríndete a la vida, quien acepta lo que es y se habilita para hacer lo que puede, entonces se encarnan las utopías y lo imposible se pone a disposición. La mejor manera de ser feliz es: “ser feliz”; reconstruye tu raíz y saborea la vida; somos como peces de mares profundos, si salimos a la superficie reventamos. La frivolidad y la intrascendencia condenan la vida a la muerte. Cuando somos más grandes que lo que hacemos, nada puede desequilibrarnos, pero cuando permitimos que las cosas sean más grandes que nosotros, nuestro desequilibrio está garantizado. El corazón está en emergencia por falta de amor, hay que volver a conquistar la vida, enamorarnos otra vez de ella; nuestro potencial interior aflora espontáneamente cuando nos dejamos en paz. Quizá sólo seamos agua fluyendo; el camino nos lo tenemos que hacer nosotros, mas no permitas que el cauce esclavice al río, no sea que en vez de un camino tengas una cárcel. La infelicidad no es un problema técnico, es el resultado de haber tomado el camino equivocado. Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez, amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones. El amor es, a nivel sutil, la esencia de nuestra instancia inmunológica. Sin amor, el síndrome de inmunodeficiencia será adquirido inevitablemente y ello es mortal. Desde mi corazón indígena sospecho que ser infeliz es una evasión. ¿Cuán fácil es hacer tonterías en este mundo moderno! Sospecho que el hombre empezó a equivocarse hace mucho tiempo, es decir que ya es tiempo de rectificar la marcha, y reorientando el paso, retomar la sagrada senda del sol. No es posible llegar a nuestro sitio sin trascender el egoísmo; no es posible acceder a la vida plena sin haberse purgado previamente de miedos y temores. La gente está tan acostumbrada a complicarse, que rechaza de antemano la simplicidad; la gente está tan acostumbrada a ser infeliz, que la sensación de felicidad les resulta sospechosa; la gente está tan reprimida, que la espontánea ternura le incomoda y el amor le inspira desconfianza. Hay cosas que son muy razonables y… apestan. Ya no podemos perder el tiempo en seguir aprendiendo técnicas espirituales cuando aún estamos vacíos de amor. Un día permitimos que nos esclavizaran y ni siquiera existe. El amo resultó ser un fantasma manejado a control remoto por quienes nos precisan domésticos. Quienes no están preparados para escuchar tienen la recompensa de no enterarse de nada. Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, crea e inventa lo que necesites, haz solo lo que puedas, y fundamentalmente celebra lo que tengas. La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia, cuando esto lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, el árbol se tornará en maestro y el amanecer en ritual, la noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo. No importa lo que digan de ti… Los que lo demás esperan de ti pueden convertirte en una cárcel; digan lo que digan de mí yo soy el que soy.

Gentileza, Pablo Holmes Brown