30.6.09

Perdemos



Perdemos


Perdemos nuestros tesoros
por la más crasa ignorancia arraigada en las venas,
siglos de cruenta pobreza,
llanto de sangre el tintero...
¡parto sobre las piedras!

¿Cómo celebra la vida
quien provoca nuestra muerte?

Los depredadores riegan sobras
de su carroña disfrazada de manjares,
y comemos de sus platos el horror,
hábito eterno... finalmente innecesario,
afianzado por los años.

¡Ah! ¡Desolación y miedo!
Intenta anular conciencias con la más vieja mentira:
"Habla más alto, denuncia:
Así, ¡morirás primero!".

Pero rebosa el tintero y su luz plena
proyecta donde el amor nunca alcanza.

El parto de llanto y sangre
encuentra en la piedra hendija,
y se lanza a la conquista de espacios
libres de engaños, de mentiras repetidas,
de carroña y falsa ciencia.

¡Ah! ¡Desolación y miedo!
Sólo sirves al tirano para abalar los engaños.
Siempre te tiene en su fuero
quien contando con recuerdos
no sabe mirar futuros...
¡Ni a construirlos avanza!

©Rufina

25.6.09

Irreverancia



Poema en homenaje póstumo a la estudiante Neda, de 16 años de edad, asesinada en las calles de Teherán el 20 de Junio 2009
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¡Liberación carajo!
Ernesto Kahan © Copyright Paxaporte. Editorial Aurora, 2002
.
.
Quiero beber el extracto de tu vida
apasionadamente, gota a gota
impregnándome en cada molécula
e intensamente con el perfume
que elaboraste del viento
y el contacto humano en días
en que la historia hierve
por las calles con los estudiantes.
.
Amor y pasión por una justicia
que no llega a los poetas del pueblo,
a los niños miserables
o las prostitutas drogadas
por el humo de los prostituyentes.


Queman los discursos Nazis.

Nefastos que buscan en las postales
mantener su poder insultante.

¡Carajo!


Los gendarmes no entienden

los gritos de las gentes,

las tablas de Moisés,

y la duda de Descartes

que son resistencia

en los dientes de Gandhi

y en la espada de Mordehai Anilevich…


¡Carajo!

Los gendarmes no entienden

“La Marsellesa”

ni “La Internacional”

ni “Los Santos marchando”

en los campos de algodón…


Tu pelo enardecido

con la luz de la ciencia

y la mímica sin paciencia

que fueron música

en la letra de Goethe,

cayeron con tu cuerpo

en abanico negro

sobre el pavimento.


¡Carajo!

Una bala no perdida
de un gendarme
sin historia y sin futuro
te alcanzó en el puente
y fijó tu sonrisa de antes,

eternamente.


Ahora el extracto de tu vida

se trepa por las escaleras

y se mimetiza en gente,

¡Carajo!

¡Apasionadamente!

.

.

Mi profe querido, a raíz del impacto que produjo en mí este maravilloso y excelente poema, humildemente envío mi reacción al mismo. Espero que igualmente llegue a algún lugar.

Besossssss,
Rufis
Irreverencia
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Para vivir hay que asumir el colapso,
y en las derrotas entender la realidad;
desligarse de la culpa, de un pasado
que llena mañanas de profundas penas.
Buscando al fantasma que obliga
a permanecer en lo que somos,
la tragedia se hace terrible.
.
Todo luce y suena irreal,
y como en una pesadilla no hay escape.
Mueren incipientes las promesas,
cual hábito enfermizo y cotidiano.
.
El llanto ya no torna en alabanzas
ni destruye consecuencias, ni motivos...
Lo peor: ¡No es escuchado el grito!
.
Es muy fácil adherirse a la indeferencia.
Ser uno más, que es no ser...
Vivir abrazado al colapso,
permanecer en la trágica derrota.
.
©Rufina
Rufis:
Tu poema llega a muchos lugares y especialmente a mi corazón que te respeta, admira y te agradece por ser tan especial y auténtica
Lo peor: ¡No es escuchado el grito!
Los que no escuchan son los que no quieren escuchar
Te quiero mucho
Ernesto






10.6.09

Hay una voz




Hay una voz


Hay una voz que no dijo

lo suficiente, lo necesario...

Ni siquiera lo importante.

No se alzó sobre los cerros,

ni temió a falsos gigantes.


No se lanzó de repente

a cualquier profundo abismo.

No alcanzó nunca los cielos,

ni conoció de amarguras:

nunca encontró en el dolor

algún motivo de queja.

No tuvo grandes amores.


Hay una voz que no dijo

ninguna palabra hiriente,

nada duro, nada serio,

ni siquiera interesante.

No vivió una quimera,

no sintió ser vulnerable,

ni quiso tener un hijo.


Hay una voz insolente

que pertenece a ninguno;

no responde a la ternura,

ni al escozor de una ofensa.

Nunca supo de un abrazo.


Una voz desconocida

llena de profundas voces

que llenan el horizonte;

se alimenta de locura,

justifica los errores.


Hay una voz que no dijo

siquiera lo necesario:

No tuvo grandes amores,

no quiso tener un hijo.


©Rufina

Allí estás



Allí estás.
Imponente, posas contra el claroscuro,
variables contornos, sensual, llamativo.
Proyectas tu fuerza de eterna victoria
contra la embestida de los elementos.
Música-Universo que produce el viento
sobre una cabeza llena de memorias.
Refugio, albacea, cuna de mil sueños.
Confidente fiel de ajenos secretos,
descanso, consuelo, partero, alimento.

Guarda vitalicio de ocultos romances
y sangrientas guerras, ríes con los logros,
cuentas las historias, lloras los fracasos...
El cántico añal de tus protegidos
mueve de tu fibra hasta los cimientos.
Allí estás.
Firme ante el ataque de los inconscientes,
cada cicatriz tiene alguna historia,
cada nueva capa desde dentro empuja
las viejas cubiertas llenas de misterios.
Tácito y silente tu estancia reafirmas
ante el desfío de violenta muerte.
Tan quieto y confiado, que tus habitantes
ni siquiera tienen un leve presagio.

Allí estás.
Contra el claroscuro.
¡Inmóvil y victorioso!


©Rufina