24.8.07

Punto de fuga


Se deshoja la noche
sobre un regazo de pechos desnudos.
¡Le viste de luciérnagas!

©Rufina

Punto de fuga 2


Punto de fuga

Desde aquí se percibe ocaso,
brisa que empuja montañas.
Su oscura sonrisa roba luces
deteniendo esperanzas
-casi- llegando al cielo.

Cuando la luz se aleja,
tiemblan las divisiones haciendo más intensa
-en menos de un segundo-
la incomprensible angustia de no tener espacio
para lanzar los sueños...
¡empujarlos al vuelo!

El derrame de negro esparce los fantasmas
en conceptuales formas donde alas cercenadas
sangran profusamente sobre un sol moribundo,
y la tierra se tiñe
de naranjas... ¡y rosas!

Melodías de llanto saludan a la luna
que vestida de oro celebra despedidas,
sale de su escondite y hace acto de presencia
en el salón de fiesta que refleja los brillos
de un universo oscuro...
que dejará de serlo.

Desde aquí se contemplan inequívocos ciclos
donde se manifiesta la genuina fusión
entre la vida y muerte.
El infinito muestra milenarias verdades
que serán desde siempre.

Cuando la luz se aleja
se despierta la urgencia de reinventar misterios
con el afán inútil de siempre perpetuarles,
y la conciencia duerme bajo la sombra imberbe
de un descuidado sueño
que quedara olvidado.

Desde aquí el Universo
pareciera burlarse al subrayar obseno
la penosa certeza de nuestra humana escoria
con el enorme alcance
de su infinita fuerza,

y mueve las montañas vertiendo sobre ellas
la sangre de las alas...
¡de quienes le han retado!

©Rufina

15.7.07

Si yo supiera


De gritos

los aires

me descosen

al filo,

no entiendo

cómo estuvo

este mundo

- aparte .



¿Me perdí de algo?



no recuerdo

ya ni su nombre,



¿quién lo blogger?



Ruffina sube versos

por lo que veo,

¡preciosos!

- por cierto -



y ¿cómo lo hace?

¡no lo se!

como siempre,

de cofradías se muy poco,

pero de locuras se suficiente

o demasiado

- según se vire -



Fuensanta








9.7.07

Indetenible


Como si los infiernos reafirmaran presencia,
la tierra que se muestra ajena a la prolífera extensión
de madrigueras fungiendo en muladares
donde es amor el vicio malsano
ennoblece necias pretenciones,
reclamando ajenos territorios,
indiferente al desmembrado hado
que puja por sobrevivir.

Proyectando vapores se siente en la piel
su inherencia a una vida que, maleada,
define distancias hechas enorme escollera,
insalvable para quien no se asume
de por vida inquilino
de este espacio prestado:
hoguera de los sueños de heredados milenios
guardados, olvidados...
que hoy son ceniza.

©Rufina

22.6.07

Fantasma (Maikel Riggs)


¿Qué buscas

etéreo fantasma

que camufla

la mirada inquisitiva

tras mi velo intimidad?


¿Qué persigues

cuando en la oscuridad

besas mis labios

y te escurres

perturbado

por las tibias aguas

de mi aliento?


Maikel Riggs

22.4.07

Entonces el Amor no dice nada...



Entonces el amor no dice nada...

Entonces el amor no dice nada
de un compasivo ser que niega todo
ante la fuerza inmortal que le avasalla,
le posee, le domina y le da vida...
Y será igualmente insuficiente
dar gritos de agonía ante la luna
que contempla indiferente la marea
para no hacerse cargo de su suerte.
Es dolor mantenerse a flote en lodo
-una espera que nunca se termina-
y empezar desarmado una batalla
es tomar como un juego la pelea.
Entonces el amor no dice nada,
ni la promesa viva es aliciente...
sería cómodo dejar de lado todo,
si es que el tedio tornáramos fortuna,
renunciando al valor de ser valientes.

©Rufina

19.4.07

Y se sabe...


Y se sabe...

Que aquella lluvia se secaba
sobre el metal expuesto a resolana.
Agudos chirridos de madera
buscando acomodo, espacio,
se escuchaban cual agónico llanto
y la inhumana inercia le absorbía
al centro del concierto,
ignorando la llegada de mañana.

El sol no escapaba aún del todo
y sus marchitos rayos reflejados
sobre el espejo gris-agua,
parían mil duendes que, danzando,
celebran la fiesta de la huída.
Los ojos de las flores se cerraban
presintiendo en el cansancio sobresaltos,
resignadas al injusto desafuero
que convertido en ley se impuso
en inútil dormir viviendo menos.

Surgieron nuevos seres y, despacio,
la madera abandonó su llanto triste,
el espacio extendió bajo las nubes
y el cielo se llenó de sus luceros.
Los rayos se llevaron a los duendes,
el metal fue manchado por las gotas,
nueva música surgió de madrugada
y se sabe que... ¡se abrieron los ojos de las flores!


18.4.07

17.4.07

Buenas noches



Buenas noches
dije
al torcer el picaporte
y contestó
soñoliento
el delgado fantasma
de tu ausencia


Maikel Riggs

4.4.07

I

Raíces desgarradas de sus cimientos:
de cara al cielo, amarte.

©Rufina

24.3.07

Voz Muda


Voz Muda

Amaneció y estabas
repitiendo sueños,
doliéndote inevitable,
llorando muertos de nadie.

Mientras de frente,
en ruidosa caravana
desfilan alegres,
celebrando que mueres,
bailando lo que no quieres
y cantando...
¡cantando!

A su mísera canción
te llaman, te convidan,
te tientan, te invitan...
callado, les complaces
reviviendo los años,
asumiendo el amor
como engaño,
llorando muertos de nadie.

Amaneció y allí sigues...
escuchando de otros
los cantos.

©Rufina



Casi Nada


Tú, que tomas las palabras hechas
y las utilizas a conveniencia...
Que has logrado socabar los cimientos
de mi otrora admirada fortaleza;
me lees poemas que no escribes,
escribes palabras que no crees...
que me llenas de ternura con romance,
me endulzas el oído y desinhibes
mi mojigato ser con la promesa
de retener los sueños a mi alcance.

Tú que provocas la caída
de oxidados pedazos de armadura
que ya no tiene fin seguir vistiendo,
desde que has hecho espacio en esta vida
que hacía mucho cuidaba sepulturas
de esperanzas fallidas sin intentos.

Casi nada me has dado... ¡casi nada!

La ilusión del amor que es a destiempo,
el refugio a las penas y el sosiego
de esa entrega que suple las carencias;
el abrazo que entibia lejanías,
la ternura que acaricia con el viento;
tu risa, la razón de mi alegría,
la llenura del alma si te tengo.

Casi nada me has dado... ¡Casi nada!


23.3.07

Danza y latidos


Comienzo calmado...
tanteando, calentando ambiente,
las manos se mueven constantes, graciosas,
de músculo y sangre se disfruta ritmo,
se anticipa clave.

Luego, el contoneo de un cuerpo
que presto responde y se entrega,
se mueve y se tuerce al compás de cuerdas...
sintiendo en las venas cada movimiento
en certero golpe de paso seguro
late fuertemente en las limpias sienes.

Erguida la frente se tensan las piernas,
se contraen, se aflojan
y siguen el ritmo que es como de fuego.
Por breves segundos casi se detienen,
entonces... armonía hermosa
retoma con fuerza.

Pasión-plenitud que ardores externa.
El rítmico golpe se siente profundo,
conviértese en brazas de fuego que, intenso,
provoca sudores que agotan y llevan
al final glorioso... ¡faena perfecta!

En el pecho, un eco: desbocado potro.
La danza termina en temblores de gloria,
con músculo y sangre,
fatiga en el pecho y lo demás...
relajadas piernas.

Notas rosadas


Surge la urgencia.
Dedos que urgan cuerdas sensibles
entre las capas tibias
mojadas
suaves encantos.
Guitarra tierna que se estremece
al tibio toque que la estimula
con la paciencia de los que saben.
¡Gimen las cuerdas!
¡Late madera!

Dulces acordes
que funden manos
sangre
sudores
hasta mezclarlos en las tibiezas
que abren camino a la locura.
Notas rosadas
ejecutadas con maestría,
logran el cénit
en los arbores de madrugada
cuando las capas
tibias,
sensibles,
de hojas mojadas suplen urgencias
en los sudores de la armonía.
¡Late madera!



No hay regresos


Aquellas parpadeantes luces
besaban el horizonte
cada vez más lejos, suaves...
Una amarga despedida
sobre un ocaso de ruegos,
lágrimas de grises nubes,
naranjas en centro ardiente
como queriendo fundirse
con estrellas escondidas,
como aferrarse a la vida
cuando se espera la muerte.

Buscando lejos, allí...
un rostro que no se tiene,
los ojos abiertos, ciegos,
la nueva marca del tiempo,
las tristezas señaladas
en comisuras de labios
que quedaron sumergidas
en platónicas esperas
y no llegaron al beso.

Perdidas contra el ocaso,
húmedas por la llovizna
de lágrimas que se secan
tintilleando agonizantes
y besando al horizonte
como el tiempo...
no regresan.


Lo Dudo


No tengo espacio para la muerte.
Entre las horas, me desespero
al filo ciego donde la curva
de las demoras mueve los sueños
y se levantan las tempestades
que ha milenios consumen esas
mil esperanzas llenas de miedo.

No quiero imágenes delatoras.
Cuando me entere estaré más lejos
y la conciencia ya inexistente
dará la espalda a las realidades
salvajes muestras de lo imposible.

No tengo espacio para la muerte
no hay visiones rudimentarias
de lo esperado ni lo perdido
desde ventanas siempre cerradas
como futuros desvencijados
por un martirio desconocido.

Orear los sueños sirve de poco
en los reflejos contra cristales
queda la mancha de los pecados
el techo frágil se da por roto
las flores lloran sangre podrida
las pestilencias arden las torres
de los castillos que dando vueltas
pierden la curva de las esperas
y la distancia se hace más larga
cuanto más corto se torna el tiempo.

No tengo imágenes de la muerte
que verifiquen esa existencia
tampoco habrá luego de ella
certeza alguna de haber vivido.
No quiero encuentros inesperados
no hago preguntas por el camino...
no estoy segura si ya he llegado.



Éxtasis


Tomo aire en bocanadas,
aspiro de tu esencia,
me adhiero a tus pestañas,
sáciome de tus labios...
engullo tus alientos,
me sumerjo en el fondo
abismal de tus ojos.

Tus manos de caricia
han domado la arcilla
que hoy forma mi cuerpo,
restaurando heridas,
curándolas con besos,
construyendo mañanas...
reinventando la vida.

Permaneces,
tatuaje profundo
en mi espalda, mis brazos,
en la piel de mis pechos...
Mi plenitud completas
fundiéndote en los zumos
calientes de mi sexo.

Pavana para el otoño


Pavana para el otoño

La lluvia y las hojas caen...
Llegando el día,
las horas perdidas se cuentan doble
y el gris del cielo se repite
en el espejo de las calles,
en cada desnivel del suelo
donde ángeles ciegos,
entristecidos, buscan sus rostros
llenos de añoranzas
y sueños rotos.

Todo transita sumido en el sopor
que invita a buscar
tibieza de un cuerpo
que comparta necesidades,
que se brinde con derroche
a cualquier desvelo
y tenga la certeza de que al amanecer...
no será el mismo.

Las horas se harán menos,
las hojas romperán el espejo de las calles,
los ángeles al fin
encontrarán sus rostros...
y colgada del vuelo de los sueños
dejarán la tristeza.

El otoño...
no está hecho para soledades.

Dónde te busco

Dónde te busco
por las mañanas
estrella fugaz
que intento atrapar
a deshoras
con mi anzuelo poesía
y te escurres
súbitamente
entre la ranura imperfecta
de unos torpes (por enamorados)
dedos

Maikel Riggs

6.3.07

Engranaje


Engranaje

Imperceptiva esencia
llenará los rincones donde la luz no alcanza,
en el toque entre piezas que sin prisa se rinden,
cada punto de blanco perderá su pureza
al empuje sutil de una mano que, experta,
derriba resistencias... temblores,
caminando veredas, uniendo sus pedazos.

Irá venciendo retos en las altas montañas
hasta atisbar más lejos...
al abismo albacea de mieles y ambrosía
que en su oscuro misterio ha de tragar las piezas
de un juego que termina cabalgando en las alas
de extenuado pegazo...

Rufina

Me pasa


Me pasa

Me abandonas en medio
de la oscuridad más densa.
Me sacudes y obligas
al sueño más profundo.

Me raptas, me posees
alejándome del mundo...
Me llenas de promesas
con tibieza y placeres,
me odias... ¡y me quieres!

Dominas con tu voz,
me seduces, me elevas,
enloqueces, arrebatas,
agudizas sentidos...
por la senda, perdida,
me llevas de la mano
al borde del abismo
desde donde me lanzas.

Al filo de la muerte
me levantas, me ennobleces
y como haciendo nada...
¡me devuelves la vida!

©Rufina

5.3.07

Oferta


Abismos profundos
esperan al hombre
que encuentre mis ojos
y ose amarme...
El,
su instinto
las noches
esperan mi guía.

En grito de guerra
empuño la lanza,
abro los abismos...
¡el amor habita!

Rufina

Juegos


Te has colado,
sueño bajo la ropa.

Caricias,
aleteo nervioso de mariposas,
tu fuego
me diluye.

Calor de brisa
quema lentamente.

Tú, sueño...
me llenas,
deshaces,
vacías,
reconstruyes.

Te has colado,
brisa de amor que enamoras,
colmas,
desbordas.

Bajo la ropa caricias
de fuego,
desbordado sueño,
conmigo...
te haces agua.
Rufina

28.2.07

Oportuno

Oportuno

Se han abierto los caminos
donde cada piedra tiene
conocido nombre propio,
el viento levanta el polvo
donde se guardan los pasos
de cada hombre intentando
vivir para dejar huella;
un hálito les arrastra
rompiendo toda frontera,
dueños del espacio-tiempo,
venciendo las dimensiones…
superando cada meta.

Por doquiera se aparecen
reafirmando su fluidez
en un ciclo que se muestra
a cada uno en el tiempo
de llegada y de salida,
en la perfecta simbiosis
del morir para dar vida,
en la noche que repite
su marcha de madrugada.
Magnificente proceso
el sinigual engranaje
que hemos dado por perdido.

©Rufina

Mírame 2


Mírame amor, que tengo todos los colores
del alba en la piel para darte.
Deléitate en el reflejo tibio del sol
que brilla en mi sonrisa quieta
sobre tus intranquilas aguas
y busca la húmeda frescura
de la brisa entre mis pechos.

No me sueñes perfecta, ni hermosa, ni tuya;
sólo acéptame plena, transparente, sencilla
y deshace las escolleras
que protegen mis costas.
¡Embísteme implacable!

Mírame amor, que las gotas de rocío
en mi cabello de viento
esperan que las bebas antes de evaporarse
y los prismas que reflejan
mañana no brillarán igual.
No imagines mis ojos, mis manos, mi cuerpo...
no quiero que duela el desencanto.

Mírame amor, internízame, retenme, víveme...
haz tuyos mis sabores
y liba alimentándote, la ambrosía de mis mieles.
Invade mis espacios, redescubre,
reconquista... ¡inunda!
Edifica tu castillo en la cima más alta
y hurga en el abismo más profundo.

Después de hacer el amor,
bésame los ojos, las sienes
y déjame ser quien llene de dicha tus espacios
viviendo en la profundidad de tus misterios.
Mírame amor, porque cada mañana
soy nueva criatura en tí...
¡enamorada!

27.2.07

Intimo I



Aquella primera vez
de espaldas a la puerta.

Las sábanas hablaron:
mezcló aromas, sudor...
Cabello, lágrimas,
temblores y rubor;
la marca de mis dientes
en la almohada:
¡caída al vacío!

Gritos, ecos constantes
de abismos profundos;
tus ojos, el pañuelo,
mis uñas en tu espalda
y tatuado en tu cuello
el carmín de mis labios.

La puerta a la espalda.

©Rufina

Indescifrable



Indescifrable

Te escapaste en el humo
y no supe si eras de vapor o de fuego,
esotérico espanto o espejismo sublime.
Tu mirada amorosa se perdió entre mis manos,
apenas distinguía tu sonrisa de beso
y tu gesto apacible se borró de mi pecho.

Moviéndose en el aire quedó tu voz quebrada...
tus brazos extendidos se hicieron transparentes
y mi nombre en suspiros no salió de tus labios.
Te escapaste en el humo.
No pude retener ni siquiera recuerdos
de lo que un día fuera el más hermoso sueño.

©Rufina

VII


VII

Puedo jactarme de nada:
utopía indefinible soy,
aferrada a la queja, al llanto,
al miedo aprendido de otros,
a una eterna, errada historia.

Nada es propiamente mío:
alucino si alcanzo el cielo,
robar horizontes es...
sueño.

Nada tengo en los recuerdos
(se deshicieron quebranto);
no habrá mañanas si es hoy.

Puedo jactarme de nada:
ser imagen, invisible;
pretender borrar los miedos
con una mueca de espanto,
ser una gota en un río...
un perro perdido sin dueño.

Nada es propiamente mío:
la existencia es ilusoria.

©Rufina

A ese amor


A ese amor

Cuando intento entender ciertas cosas... ¡me rebelo! Reniego, enfurezco... y esa parte humana tan dañina que todos llevamos dentro sale a flote y duele. ¡Duele profundamente! Posiblemente, el solo hecho de haberte hecho partícipe de mí, me hace sentir algo 'acorralada', porque he sentido el deseo de ocultarte algunas cosas (muchas veces por no herirte), pero termina ganándome el amor... y el amor que he conocido, para bien, es el lleno de verdades y especialmente de luz... con todas sus consecuencias.

No hablo del amor como lo conoce todo el mundo, en el contexto afectivo, emocional o carnal... sino de ese amor que hemos aprendido a sentir y a compartir casi sin darnos cuenta y que surgió de la inmensa necesidad de simplemente ser nosotros mismos, con nosotros mismos, en nosotros mismos, y de la terrible agonía de no tener quién recibiera lo bueno que podemos ofrecer, ni quien nos reciprocara sin engaños y miedos. Muchas veces me refiero a ese amor como único sé y sabe todo el mundo, utilizando vocablos aprendidos con definiciones específicas y maleadas. Más no es así de la única manera que lo siento y no es así la única manera de sentirlo. Es casi inútil de explicar por lo invariable y muy difícil de asumir por lo inmenso.

Hablo de ese amor que de alguna manera ha logrado que poco a poco aceptemos nuestras debilidades haciéndonos más humildes, pero mucho más fuertes; ese que ha ido limpiándonos de las amarguras, el abandono y la absoluta tristeza; ese que ha permitido que contemplemos el mismo horizonte desde diversas perspectivas. Ese amor que ha roto barreras de tiempos y espacios para hacerse presente en la ausencia; que ha dejado sueños en los vuelos del alma; nos enfrenta a nuestros miedos y nos permite expresar las realidades como las percibimos, asumirlas como son; que se muestra abiertamente, que se lee en nuestros rostros, se asoma en nuestra mirada y se escucha en nuestra palabra, en el castañeo de nuestra risa, la pureza de nuestras lágrimas; el que ha creado en nuestras mañanas nuevos colores de luz y en nuestras tardes recién nacidos atardeceres. Ese que espontáneo y honesto nos celebra un logro, muestra una sonrisa, apoya una empresa, acaricia sin penas, consuela en la derrota, llora una decepción. ¡Nos llena de compasión!

A ese amor me refiero y no a otro. El que me gana por entero, vertical, fiel y transparente; fuerte, cruel, tierno, sublime, verdadero... soñador, turbio, suave, engañoso... ¡Humano! ¡Divino! Que es parte de nuestra naturaleza aunque le neguemos y gana por conciencia, por justicia... ¡no por sentidos y deseos! ¡Ese es el amor que nos hace grandes! Nos revela contra lo que no es y nos dirige a lo que necesitamos y merecemos irremediablemente, porque la Naturaleza en Su Sabiduría no tiene espacios para los errores, ni la Justicia de Su Divina Humanidad servicio a lo necio, quereres a destiempo o sueños irracionales... ¡Ni a realidades inventadas!

Ese es el amor al que me refiero; el de entrega sin preguntas, cuidados sin medida, cariño profundo sin razones o esperas, el que empuja a la dádiva alegre y no a la posesión obligada. ¡El que me ha dado muchas otras razones para vivir y me ha hecho tan humana que casi soy divina!

A ese Amor me refiero... ¡a ese!

©Rufina

26.2.07

Adivinanza


Nombre

No se haya en la forma,
el tamaño o volumen,
lo frugal, duradero o en el vocablo nímeo,
metafórica imágen que intente describirle.
Toda apariencia cabe
dentro de su dominio,
como cabe una imagen fuera de lo que abarca.
Imposible llamarle sin haberlo escuchado;
tan difícil saber si define algún rostro,
como el adjudicarle determinada hechura.

En su uso señala, posesiona y describe...
etiqueta y limita abarcar los espacios.
Pertenece a cualquiera,
cualquier cosa le tiene...
Descalzo pareciera que el vestido que inventa
esta hecho de ajenos, desteñidos retazos
y sus caminos nuevos
han andado otros pasos.

©Rufina

Carpe Diem

No ha de ser una pena, una herida,
un descuido, lo que fije la hora,
el momento preciso, manera y duración
de la entrada al lugar donde todo es la nada
y nuestra humanidad se torna insoportable...

No hará falta la urgencia, deseo de transitar,
apresurar el paso o hacer el menor ruido,
si nada ha de evitar enfrentarnos al reto,
temiendo a la llegada que antes nos jactamos
de poder controlar.

No hará falta tener alas de mariposa
para sentir quemarse llegando cerca al fuego,
ni existirá locura que algo justifique;
alargar junto al tiempo la agonía ganada
es faltar con descaro a las reglas del juego
y aunque no lo aceptemos...
¡es dejarnos ganar!

©Rufina

25.2.07

Parafraseando al Poeta














LA NOCHE

Llega el reposo
después del grito
cuando se funden
la oscuridad,
el silencio
profundo de la fronda,
el camino entre grietas...
y la noche.

Robado el nombre al origen,
diversificadas las cosas,
se funden lo ínfimo
y lo sagrado
en el juego
único

que designa
la perpetuidad
de un nombre
sin silencios.

©Rufina
25-2-07